Hoy estaba terminando de pintar mi masterpiece. Estaba en el balcón, en bikini, con un vasito de pomelo al lado y Morsheeba de fondo.
Por qué de rojo? Porque el rojo es guerra, es ardor, es intenso, es aries, es sexo, es Stéphane.
Pero aparte. Me di cuenta de varias cosas.
Noté, jijiji, que no crecí del todo. No al menos en la manera tradicional que se espera de un adulto.
Es que...miro Futurama y soy adicta a las historietas de conejos de Matt Groening.
Y como golosinas en horario de cenar, y cocino cuando me da hambre de comida a las 5 pm o 4 am.
Y salgo con los rollers y adoro encontrar una calle lisita, más si viene en bajada.
Le doy valor al dinero en función a las cosas que me puede hacer vivir, como un viaje, o un masaje en la Maison Lancôme, o cenar un pez en Sirop Folie, o comprar un bouquet de jazmines o un kilo de frutillas.
Y duermo cuando me da sueño, y me suelo quedar despierta hasta tardísimo si estoy inspirada.
Adoro el perfume de las sábanas recién lavadas, y me encanta estirarrrrme en la cama y hundir la cara en la almohada y pensar cosas *condenables*.
Puedo quedarme en la bañera en la hora del almuerzo escuchando a Norah Jones o Ray Charles sin que nadie ni nada colapse mi Universo invadiendo con olor a milanesas fritas sólo porque es mediodia y se supone que hay que desocupar la mesa, armar todo y comer sentados.
Porque encima cuando como, lo hago en el sillón, o en el balcón, entre las plantas que me piden a gritos que las riegue.
Y me encariño con la gente muy fácilmente. A pesar de que me queme una y otra vez.
No creo haber crecido del todo porque no le doy el valor que otras personas le dan al sacrificio, para mí es sencillamente estúpido quedarse en una situación que ya no te hace feliz. Prefiero arriesgarme y dejar de morirme en sutiles cuotas diarias, renunciar al trabajo de oficina, ir a por lo desconocido, aunque sea un infierno que queme más fuerte, no sé, será porque no tengo nadie a cargo y puedo ser hedonista.
Y me hallo pintando el fondo de un dibujo de una persona que me encanta a la hora en que todos aún duermen.
Sin importar nada más que el hecho de que, literalmente, me encanta. Y lo único que puedo hacer es pintarle el fondo de rojo.
Et voilà.
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