jueves, enero 10

Verano Porteño

Here we go again.
Janis arrullándome encerrada en los parlantes que vibran, atrevidos, con su voz de terciopelo desteñido.

La copa de vino que calza perfectamente entre mis dedos, empañada.
Mi gata indiferente desde lo alto del mueble.
Y más y más hondo me hundo en esta empalagosa madrugada que me destapa semidesnuda, inspirada, suspirada.

Y repasando el día recuerdo al hermoso hombre de piel de ébano que encontré cantando un tango en el subte...su voz imperfecta, sedosa, ebria de dolor...su voz cruzó mis latidos y por un instante fugaz, fui tan suya.
Como en un carrusel de caballos solamente blancos, me siento tan a gusto jugando a ser niña de a ratos.

Hoy de nuevo me perdí sin rumbo en la magia de Buenos Aires.
Bebí su locura, ardí bajo su espeso smog, reí ante sus juglares, acaricié sus árboles y altanera me dejé ahogar en su Malbec.

Cuando el celeste devino negro me sorprendió Venus en mi balcón, planeando recetas para deleitar paladares amantes de la albahaca fresca.

Y cuando mi piel cansada reclama su pausa, mis latidos insensibles la obligan a seguir, a exprimir las horas, a perderse en Janis y en el vino afilado que me recorre sin prisa ni vergüenza.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Un texto, genial.

Qué placer saberte tan sensible a lo que te rodea. Y con los ojos tan abiertos.

Ja. Y en serio que lo digo. Congratulations.



Le regalo un dato al lector de este blog que jamás te conoció. Ni, tal vez, te conocerá...

...Lo mejor, es que ella nada tiene que envidiarle al contenido de la copa que calza perfectamente entre sus dedos. Créanlo.


MAC