Esta nena, a diferencia de los adultos intimidados, era la única que no se asustó ante la piel blanca del fotógrafo ni su lente. Ella se reía, jugaba, y le mostró su dot escarlata, luminosa.
"París me arde" -dijo ella.
"¿Y por qué no vas y sacás el puto pasaje y te vas de una?" -bromeó él.
"SI, NO?" -rió ella. "ES AHORA!" y acto seguido renovó el pasaporte y habló con su amiga Ximena para que le emitiera un billet d'avion a la deliciosa tierra de las boinas ladeadas, el eterno cigarrillo humeante y el pain au chocolat.
1 comentario:
Increíble la última foto.
Publicar un comentario